Entre la espada y la pared... pintada

A nadie le gusta que le pinten la fachada de su casa, con esto, no digo nada nuevo, pero voy a ir un poquito más allá. A nadie le gusta que le pinten la fachada al vecino. Y no porque les dé pena el vecino, es que queda feo. Si tienen invitados a cenar por primera vez en casa, ¿qué ocurre? Pues que tienen que escuchar lo de siempre, “vaya, vivís en un sitio muy bonito”, sólo que ahora se añade la coletilla “lástima lo que tenéis enfrente”… “Lo de enfrente” soy yo, es mi casa, ahora “decorada” con un inmenso graffiti. No tenía bastante con el cabreo que pillé cuando lo vi, poco a poco comenzó un goteo de vecinos solidarios, “hay que ver lo que te han hecho, menuda faena…”, segundos después… “bueno, y qué vas a hacer?” – preguntan con mirada ansiosa (=No irás a dejar ESO ahí?)… “Y qué quieres qué haga? Pintar todos estos metros de fachada para que mañana me hagan lo mismo?”… “Ya claro, pero es que es una pena (=No me gusta abrir la ventana y ver tu asquerosa pintada)… Así que algo he hecho, primero llamar a mi seguro, la póliza no cubre vandalismo en el exterior del inmueble. Después me he acercado al ayuntamiento, - Hombre, qué tal, cómo te va? - Bien, verás, me han hecho un graffiti en la fachada de casa… - … - Sí, una de esas pintadas - Aquí? En el pueblo? - (No, en el Santiago Bernabeu, ahora vivo allí) sí, en mi casa, ya sabes, donde vivo. - Vaya, que putada - Sí… … Esto… Me preguntaba si hay alguna “política” en estos casos. - Política?... Ehh… No. Aquí nunca pasa eso. (Espero que si algún día me secuestra un extraterrestre en mi casa, sea la segunda y ya tengamos precedentes para saber cómo actuar) - Entonces… Es que los vecinos me miran raro porque no les gusta tener un graffiti en su calle. - Ya, queda feo. - Bueno, pues yo no pienso pintar la fachada, lo siento. - Qué vamos a hacerle. - Adiós. - Adiós. He salido luchando con mi paraguas y he visto la puerta de la policía local, justo delante (tan cerca… tan lejos), he pensado que por probar no perdía nada. Y no he perdido nada, todo lo contrario. El agente que me ha atendido me ha llevado a hablar con el jefe de limpieza del pueblo, éste ya había visto la pintada y la semana que viene vendrán a quitarla, cree que es de las leves y la pared quedará casi como estaba antes. Al menos ahora ya puedo decirles a los vecinos que esto no será una exposición perpetua, pero me pregunto porqué a veces cuesta tanto y tan poco que te echen una mano.