Buuuuuaaaaaaaaaaaa... con lo bien que estaba...
Pues sí, se acabaron las vacaciones y otra vez a currar... aunque no es eso lo que más me duele:
No se a vosotros pero a mi me ocurre que en el periodo vacacional no solo “desaparece” el trabajo, sino muchas de las obligaciones del día a día; comes cuando tienes hambre, duermes cuando tienes sueño (o cuando te dejan, claro... jejeje), sales cuando te apetece, e incluso dejas de cumplir varias normas conductuales que en otros momentos ni se te ocurrirían, como ir a comprar el pan recién levantado sin tan siquiera lavarte la cara, en bañador y chanclas o bajar la basura en pijama (si es que lo utilizas) ;-p. Es en esos momentos cuando parece que tienes todo el tiempo del mundo y no piensas que algún día todo acabará (como acaba ocurriendo ineludiblemente)... y eres feliz por unos momentos... pero termina, y entonces te das cuenta de que la vida sigue y toca afrontar el día a día de nuevo.
Y aquí estoy yo, en el curro, escaqueado y escribiendo este artículo... ¿Y si voy al médico y pido la baja por depresión post-vacacional?... XD