15 enero 2009

Grandes cracks blaugranas que salieron por la puerta trasera (III)

BERND SCHUSTER Con 18 años y líbero de la selección alemana de su categoría, el Bayern de Munich desestima su fichaje por caro, y el Borussia Mönchengladbach y el FC Colonia pelean por hacerle un contrato profesional. El Colonia lo consigue y de la mano de su mentor, Hennes Weisweiler inicia una carrera meteórica que en dos años le llevara a ser titular indiscutible del equipo y debutar con la selección absoluta, con la que disputa a los 20 años el Campeonato de Europa de Italia. Alemania gana ese título con Bernd como gran revelación y a final de año es premiado con el Balón de Plata. Tras el verano es traspasado al FC Barcelona con el que marcará una época. Sin embargo lideraba unos equipos descompensados que se construían en torno a su entera responsabilidad. Pese a perderse un año por una gravísima lesión (1982), estar otro en blanco por problemas con el presidente (1987), y dividir a la afición entre los que le idolatraban y los que le censuraban por su fuerte e introvertido carácter, el rendimiento del alemán fue difícilmente superable en los 8 años que estuvo en el FC Barcelona. Durante su periodo en el FC Barcelona renuncia a jugar con su selección con sólo 23 años y tan sólo 21 partidos internacionales, al negarse jugar un partido amistoso por el nacimiento de su primer hijo. La presión mediática y las malas relaciones con prensa, entrenador y compañeros desperdician uno de los mayores talentos de la historia del fútbol germano. Deja el FC Barcelona cuando acaba contrato en 1988, y ficha por el Real Madrid, donde juega dos temporadas a un gran nivel, coincidiendo en el equipo con la Quinta del Buitre. Allí participa en el récord de goles de la Liga, al conseguir marcar el equipo 107 goles. Dos años después se ve forzado a dejar el equipo, debido a las malas relaciones con la directiva. Ficha 'Bernardo' pues en 1990, ya con 30 años, por un Atlético de Madrid en crisis al que pone en la lucha por la liga con un fútbol de contraataque que dirige magistralmente. Además el equipo consigue el récord de minutos sin encajar un gol, es decir que su portero Abel Resino es recordman mundial en 1991. Además de luchar por la Liga y hacer gran papel en competiciones europeas, consigue dos Copas del Rey, una de ellas ganando la final en el Derbi madrileño ante el Real Madrid en el Estadio Santiago Bernabeu con un gol suyo de falta antológica. En 1993 regresa a la Bundesliga para jugar con el Bayer Leverkusen, equipo en el que milita hasta 1996. Allí no sólo demuestra que no está acabado sino que lucha por el campeonato y afición y prensa piden su vuelta a la selección para disputar el Mundial de Estados Unidos 1994. Sin embargo su carácter hace que la Federación y los futuros compañeros le veten temiendo problemas de disciplina. Tras un tiempo entrenando en el Vitesse holandés y una gira de prueba con el San José Clash americano, decide acabar su carrera en México fichado por los Pumas de la UNAM en 1997 con el que no acaba de encontrar la forma.

1 comentario:

loloymara dijo...

Esto dice mucho : "La presión mediática y las malas relaciones con prensa, entrenador y compañeros desperdician uno de los mayores talentos de la historia del fútbol germano". Alla donde ha ido siempre se ha echo enemigos... no parece muy sociable el caballerote :)