Mi hija

Marita es el nombre que su madre y yo le decidimos poner en su momento, así pasaría a tener dos Maravillas en mi casa. No sé si será como ella pero su nombre ya lo tiene...y su caracter también. Es dormilona, comilona y le encanta los achuchones... Da gusto verla dormir, llorar y bostezar... es un auténtico bombón (aunque no soy muy objetivo). Me gusta todo de ella además es muy considerada pues por ahora nos deja descansar muchísimo, espero que siga así porque he visto en familiares muy cercanos lo mal que lo pasaban y lo estan pasando con el sueño. Por ahora esto no es un problema... ójala todo siga en este aspecto igual. Ahora tiene las risas involuntarias que son una pasada, gestos que nunca habia visto en un recién nacido, eso sí, nunca me he tirado tanto tiempo mirando a un bebé como lo hago con la mía. Si en su día recomendé el matrimonio como un fuerte lazo de unión entre dos personas que se quieren, recomiendo y mucho que de esa unión salga una cosita tan especial como es el tener un hijo/a. Sinceramente creo que me han pillado en la mejor edad que se puede tener para tener un bebé que son los 30 años, pues ya has hecho muchas muchas cosas y es el momento de hacer otras sin echar de menos las anteriores. Estoy orgulloso de mi mujer por haber creado (con ayuda mía claro está) un ser tan divino. He aumentado la familia, familia que cada dia quiero más. Gracias papá y mamá por enseñarme tantas y tantas cosas sobre los valores familiares y gracias a mi esposa por darme a Marita, mi bebé.